Has dejado el tabaco, pero qué hacer con ese olor que impregna toda la casa

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Tanto si eres un flamante exfumador como si simplemente quieres refrescar el ambiente en tu hogar, el persistente olor a tabaco puede resistirse a abandonarte tiempo después de haber superado la adicción, incluso aunque vacíes los ceniceros, tires tu último paquete y abras las ventanas.

No es solo una cuestión estética olfativa. Los estudios revelan que los residuos de alquitrán y los gases tóxicos que impregnan los cojines, alfombras y paredes, el llamado «tabaquismo de tercera mano», pueden unirse a sustancias contaminantes en el interior de tu hogar para crear nuevos compuestos de mayor poder cancerígeno.

Eliminar el olor a tabaco y las partículas que han quedado estancados no será sencillo, pero tienes muchas posibilidades de lograrlo con un poco de esfuerzo, paciencia y técnicas de limpieza a fondo. Sigue leyendo y toma nota de nuestros útiles consejos...

Quita y limpia a fondo todos los textiles:
Antes de hacer una limpieza a fondo de tu casa, quita y lava cualquier tejido que necesite un lavado o limpieza a vapor (alfombras, tapices, cortinas, manteles, ropa, edredones y toallas).

Ventila bien:
Abre las puertas y ventanas tan a menudo como sea posible para ventilar tu casa con aire fresco y natural durante el proceso de eliminación del humo. Cambia los filtros de los ventiladores, como la campana extractora de la cocina, para evitar que los olores residuales sean expulsados nuevamente a la atmósfera. También puedes comprar purificadores de aire y colocarlos en varias habitaciones para eliminar las sustancias contaminantes.

Carbón o vinagre blanco:
Coloca pequeños cuencos con carbón activado o vinagre blanco por toda la casa durante varios días para absorber los hedores y neutralizar el olor a tabaco. Eso sí, procura ponerlos fuera del alcance de niños y mascotas.

Limpia las ventanas y los espejos:
Te sorprendería saber hasta qué punto atraen el humo los cristales y espejos. Rocía todas las superficies con una mezcla de vinagre y agua o un limpiacristales y sécalas con un paño de microfibra.

Limpia la moqueta con vapor:
Dependiendo de la intensidad del olor a tabaco, es posible que tengas que cambiar la moqueta, pero antes prueba a rociar un desodorizador de moquetas en las zonas afectadas antes de pasar la aspiradora o la vaporeta. Como último recurso, contrata un servicio profesional de limpieza a vapor que haga un trabajo a fondo.

Lava y pinta las paredes:
Aparte de las moquetas, los residuos del tabaco tienen una especial querencia a las paredes de tu casa. Con un limpiador multiusos suave, friega bien, frota que te frota, las paredes y el techo. Si no consigues eliminar por completo el olor, tendrás que pintar. Aunque sea más laborioso, es la mejor forma de eliminar el olor a tabaco, además de las manchas. Empieza por aplicar una base desodorizante o sellante para evitar que los olores antiguos se filtren a la capa de pintura recién aplicada. Después, aplica dos capas de pintura al látex del color que prefieras y termina con un esmalte.

Por último, respira hondo y relájate: Tu casa está libre de humos y olores. El esfuerzo que te ha costado conseguirlo será una motivación extra para no volver a fumar y echarlo a perder.