Puede que su nombre no te resulte muy familiar, pero la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es un problema respiratorio muy frecuente entre los fumadores, aunque también afecta a los no fumadores. Sí, la EPOC también incide en las personas que se encuentran expuestas a menudo al humo del tabaco, aunque no sean fumadores activos. Así que, ya sabes, si eres fumador y apagas el último cigarrillo, no solo se beneficiará tu salud, sino también la de los tuyos.
Esta enfermedad se caracteriza por la dificultad para respirar. Si quieres conocer un poco más sobre la EPOC, te invitamos a seguir leyendo. Aquí te explicamos sus síntomas más comunes y como ralentizar su avance.
Fuente: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs315/es/
¿Cuáles son los síntomas de la EPOC?
La EPOC se desarrolla poco a poco y por eso se hace más evidente conforme nos hacemos mayores.
Sus síntomas más frecuentes son:
- Dificultad a la hora de respirar
- Tos crónica
- Mucosidad
A medida que la EPOC evoluciona, es habitual que limite la capacidad de la persona para realizar sus actividades cotidianas: Tareas como subir un pequeño tramo de escaleras o hacer la cama pueden llegar a suponer un gran esfuerzo.
Si empiezas a notar alguno de estos síntomas, no dudes en acudir a tu médico. Comenzar a tratar la EPOC a tiempo, te permitirá ralentizar su desarrollo y tomar las medidas necesarias para hacer que afecte lo menos posible a tu vida diaria.
¿Cómo puedes frenar el avance de la EPOC?
Si eres fumador, lo mejor que puedes hacer es dejar de fumar y evitar las zonas de fumadores. De esta forma, evitarás los efectos nocivos del tabaco y ralentizarás la evolución de la EPOC sin importar el tiempo que haga desde su diagnóstico o lo avanzada que esté la enfermedad.
Si ya te has decidido a dejarlo, pide ayuda a los profesionales sanitaros para que te aconsejen el tratamiento más adecuado para dejar de fumar. Las personas que confían en el apoyo de profesionales sanitarios tienen cuatro veces más probabilidades de dejarlo definitivamente.